Los equipos mexicanos en Copa Libertadores han dejado huellas
imborrables en Sudamérica, y la primera de ellas la gestó el Monterrey
en 1999, al conseguir el primer triunfo para un equipo azteca fuera del
país en el torneo internacional.
América en 1998, logró la primera victoria en Libertadores, pero no lo hizo fuera de México, ni tampoco ante un equipo Sudamericano; las Águilas vencieron 1-0 a Chivas en un duelo celebrado en Guadalajara.
Así se cumplen 14 años de aquella hazaña de La Pandilla tras ir a otra nación y ganar, cuando el 25 de marzo de 1999 se plantó en el estadio Centenario en Uruguay con temple y gallardía; fue así que consiguió de manera heroica derrotar 3-2 al Nacional en Fase de Grupos, pese a haberse quedado con dos jugadores menos desde el minuto 56.
El partido fue inolvidable, ya que para sorpresa de todos, Monterrey quien no contó con Antonio Mohamed, su máximo referente en aquella época, inició ganando con un gol de vestidor.
Y es que a los tres minutos, Antonio Naelson “Sinha”, hoy jugador del Toluca, hizo callar a los más de 15 mil hinchas uruguayos que acudieron al partido.
Heridos en el orgullo, El Nacional se fue con todo al frente y a los 26 minutos lograron empatar el marcador, esto a través de un penal bien cobrado por Rubén Sosa.
Rayados, dirigido por el paraguayo Carlos Jara Saguier, no se achicó con la anotación y rápido volvieron a hacer de las suyas; al minuto 32, “Sinha” cobró dos penas máximas, ya que repitieron el disparo y en la segunda ejecución puso las acciones a favor 2-1.
Para la parte complementaria, los regios buscaron mantener el resultado pero era una misión sumamente complicada, aunado a que les habían expulsado a Sergio “Alvin” Pérez, y que El Nacional buscaba a como diera lugar la igualada.
La tónica en el segundo tiempo era con dominio local, los charrúas en 15 minutos ya habían logrado su cometido: igualar el cotejo en principio de cuentas, Sosa aprovechó a un cuadro regio disminuido tras otra expulsión de Salvador Arévalo y puso el marcador empatado a dos goles.
Tras el empate, el juego estaba encaminado para que lo ganaran los uruguayos; sin embargo, se toparon con un imbatible Omar Ortiz, portero albiazul, quien salvó de muchas al Monterrey.
El silbatazo final estaba por darse, pero en el último suspiro del juego, el cuadro regio se fue con todo al frente y lograron lo impensable, el 3-2; Erick Hernández, defensivo de La Pandilla, anotó y los dejó con una ligera esperanza de clasificar a la siguiente fase.
Una anécdota curiosa de aquel histórico resultado, fue que Ramiro Palacios y Benjamín Leos, representantes de la delegación albiazul, perdieron el bigote al haberlo apostado con sus compañeros para que se motivaran y lograran el triunfo.
Al final, la clasificación no se dio, pero Monterrey firmó la primera historia positiva del balompié azteca en la Copa Libertadores, torneo donde los equipos mexicanos ya tienen su legado desde 1998, año en que debutaron como invitados.
América en 1998, logró la primera victoria en Libertadores, pero no lo hizo fuera de México, ni tampoco ante un equipo Sudamericano; las Águilas vencieron 1-0 a Chivas en un duelo celebrado en Guadalajara.
Así se cumplen 14 años de aquella hazaña de La Pandilla tras ir a otra nación y ganar, cuando el 25 de marzo de 1999 se plantó en el estadio Centenario en Uruguay con temple y gallardía; fue así que consiguió de manera heroica derrotar 3-2 al Nacional en Fase de Grupos, pese a haberse quedado con dos jugadores menos desde el minuto 56.
El partido fue inolvidable, ya que para sorpresa de todos, Monterrey quien no contó con Antonio Mohamed, su máximo referente en aquella época, inició ganando con un gol de vestidor.
Y es que a los tres minutos, Antonio Naelson “Sinha”, hoy jugador del Toluca, hizo callar a los más de 15 mil hinchas uruguayos que acudieron al partido.
Heridos en el orgullo, El Nacional se fue con todo al frente y a los 26 minutos lograron empatar el marcador, esto a través de un penal bien cobrado por Rubén Sosa.
Rayados, dirigido por el paraguayo Carlos Jara Saguier, no se achicó con la anotación y rápido volvieron a hacer de las suyas; al minuto 32, “Sinha” cobró dos penas máximas, ya que repitieron el disparo y en la segunda ejecución puso las acciones a favor 2-1.
Para la parte complementaria, los regios buscaron mantener el resultado pero era una misión sumamente complicada, aunado a que les habían expulsado a Sergio “Alvin” Pérez, y que El Nacional buscaba a como diera lugar la igualada.
La tónica en el segundo tiempo era con dominio local, los charrúas en 15 minutos ya habían logrado su cometido: igualar el cotejo en principio de cuentas, Sosa aprovechó a un cuadro regio disminuido tras otra expulsión de Salvador Arévalo y puso el marcador empatado a dos goles.
Tras el empate, el juego estaba encaminado para que lo ganaran los uruguayos; sin embargo, se toparon con un imbatible Omar Ortiz, portero albiazul, quien salvó de muchas al Monterrey.
El silbatazo final estaba por darse, pero en el último suspiro del juego, el cuadro regio se fue con todo al frente y lograron lo impensable, el 3-2; Erick Hernández, defensivo de La Pandilla, anotó y los dejó con una ligera esperanza de clasificar a la siguiente fase.
Una anécdota curiosa de aquel histórico resultado, fue que Ramiro Palacios y Benjamín Leos, representantes de la delegación albiazul, perdieron el bigote al haberlo apostado con sus compañeros para que se motivaran y lograran el triunfo.
Al final, la clasificación no se dio, pero Monterrey firmó la primera historia positiva del balompié azteca en la Copa Libertadores, torneo donde los equipos mexicanos ya tienen su legado desde 1998, año en que debutaron como invitados.
